Luego de una larga búsqueda y exploración a través de varias formas de expresión en distintas disciplinas, en el año 1997, en Bogotá, descubrió de manera casual los metales y la joyería. El encanto con este oficio fue inmediato, por las posibilidades que le ofrece de trabajar la forma y el volumen en pequeño formato. Inició su aprendizaje con la ayuda de maestros y, simultáneamente, empezó a incluir elementos naturales y textiles. El encuentro de materiales y técnicas ancestrales ha sido un motor permanente en sus procesos de inspiración y creación. Independientemente de lo que pretende lograr, le parece apasionante resolver dificultades, buscar respuestas caminando, leyendo y experimentando. Entre el entorno, la casualidad y la transformación siempre hay un hilo que lo une todo. Construye sus piezas artesanalmente, ajustando materiales y técnicas entre sí, para desarrollar alguna idea.