El conflicto armado en Colombia ha afectado el desarrollo rural, comprometiendo la calidad de vida y los derechos fundamentales de numerosas comunidades. La limitada presencia del Estado en las áreas afectadas dificulta el acceso a recursos y proyectos nacionales, exacerbando las dificultades para las generaciones actuales y futuras. El municipio de Puerto Santander ejemplifica estas adversidades, enfrentando un déficit crítico de infraestructura que obstaculiza el progreso académico, social y económico de su población, propiciando la dependencia de actividades informales. La región presenta un potencial interesante para implementar proyectos sostenibles que promuevan la seguridad y el desarrollo social. En particular, la abundante producción de arroz ha generado un subproducto valioso: la paja, un material orgánico con propiedades constructivas destacadas, que ha sido objeto de estudios y aplicaciones en soluciones arquitectónicas para mejorar condiciones habitacionales. El objeto del proyecto es diseñar una solución constructiva sostenible utilizando materiales locales, dirigida a mejorar la infraestructura rural en Puerto Santander. Esta iniciativa busca impactar positivamente en la integración y progreso de la población local y también servir como un estímulo para la investigación continua en el campo de la construcción, enfocándose en materiales orgánicos y soluciones constructivas viables con mínimos impactos ambientales. Como resultado de esta investigación, se diseñó un equipamiento rural denominado «Refugio del Pueblo», el cual brinda a las comunidades afectadas por el conflicto un espacio seguro y funcional que fomente la cohesión social y el desarrollo comunitario. El proyecto aspira a transformar las condiciones físicas de Puerto Santander, estableciendo un precedente inspirador para futuros desarrollos arquitectónicos en áreas rurales y urbanas, destacando el potencial de las soluciones sostenibles en la construcción.
El «Refugio del Pueblo» surge como una iniciativa fundamental para fortalecer la cohesión comunitaria y mejorar los espacios públicos e institucionales. A través de un proceso participativo, se integraron aportes de los residentes para diseñar espacios que fomentan la cohesión social y refuerzan la identidad local. El diseño innovador se destaca por la implementación del Módulo Eco-Paja 3 (MEP 3), una estructura que combina eficiencia constructiva con sostenibilidad ambiental. Utilizando la paja como material principal, el MEP 3 maximiza la eficiencia térmica mediante una cámara de aire ventilada que actúa como aislante, reduciendo la transferencia de calor y promoviendo prácticas constructivas eco-amigables. Los módulos de paja, ensamblados con listones de madera y estacas, permiten una instalación fácil de infraestructuras eléctricas e hidráulicas, garantizando durabilidad y funcionalidad. Su diseño modular facilita un montaje flexible y desmontaje eficiente, adaptándose a las necesidades cambiantes de la comunidad. Además, el diseño incluye una plataforma elevada sobre pilotes de concreto, estratégicamente ubicada para aprovechar condiciones bioclimáticas favorables. Esta plataforma sostiene una cubierta innovadora de tejas termoacústicas y un colchón de paja, proporcionando aislamiento térmico y un aspecto estético/conceptual como tributo a los cultivos locales. El «Refugio del Pueblo» no solo mejora la infraestructura física de la comunidad, sino que también fortalece su cohesión social proporcionando un espacio común para la interacción y el intercambio cultural. Al reunir a los habitantes bajo la sombra de un gran árbol, simbólicamente representando confort y protección, el diseño promueve valores compartidos de comunidad y pertenencia. Este proyecto establece un estándar elevado en diseño arquitectónico sostenible y participativo, demostrando cómo la innovación puede revitalizar comunidades mediante el respeto por el entorno y la identidad local.
