Música: la orquesta propia, es una exhibición interactiva de 900 m2 instalada en una de las cajas rojas del Parque Explora, que permite a quienes la visitan explorar su propia musicalidad a partir de la creación, la expresión y la escucha activa de diversas sonoridades. Una apuesta narrativa expresada en 33 experiencias que a través de diferentes formatos busca conectar las emociones, vivencias y conocimientos de cada visitante. Experiencias que permiten hacer música, interpretar instrumentos, cantar, escuchar, percibir sonidos a través de vibraciones, sentirse inmerso en escenarios y paisajes musicales. Una apuesta narrativa en la que conviven diferentes gustos musicales y distintos tipos de música: académicas, tradicionales y populares. La música como expresión humana está presente en todas las culturas y en todos los momentos de la historia. Tiene la capacidad de reflejar la realidad de manera inmediata y a su vez de actuar como agente de transformación social. Para el Parque Explora como un actor político que más allá de tomar posturas, provee un espacio de libre pensamiento donde es válido cuestionar la realidad y el orden establecido, la música constituye una herramienta poderosa en la construcción de ciudadanía reflexiva y crítica. Vemos importante el rol de la música como aliada en los procesos educativos en los que a través del goce y del placer se favorece el aprendizaje. La posibilidad de escudriñar en la complejidad de la experiencia musical, explorar los límites que la definen, hacerse preguntas sobre por qué hacemos música, cuáles son sus orígenes y qué nos hace disfrutarla, es a su vez, una oportunidad para adentrarnos en la comprensión de la naturaleza humana.
El concepto de diseño de la sala se inspiró en representaciones abstractas de la música de diferentes artistas, como Kandinsky, John Cage y el compositor colombiano Jesús Pinzón. En todos ellos se expresa un lenguaje común en el que las formas geométricas se disponen en un orden particular y con un propósito que da una sensación de musicalidad. Es este carácter el que se quiso llevar al diseño interior de la sala, dibujar nuestra propia melodía, a través de los módulos de mobiliario, la arquitectura y lo gráfico entendiéndolo como un solo sistema.”Todos los elementos de la sala, cada ángulo, cada esquina, incluso cada fuente de luz, fueron concebidos en términos del color y la forma, y reconociendo cómo estos jugaban unos con otros. El espacio se fue revelando como una composición musical en la que cada objeto era un sonido y estaba en consonancia con el todo, y donde se percibía una fuerte relación entre música e imagen” Además se buscó trascender la noción de interactividad como la manipulación de dispositivos, mecanismos, el uso de pantallas táctiles, a una idea más cercana a la interacción sensorial, emocional y vivencial. En cuanto a temas de diseño universal y accesibilidad, las experiencias de Sala Música se presentan en múltiples formatos, los componentes multisensoriales permiten que diversos públicos puedan interactuar con los módulos sin necesidad de adaptaciones: elementos inmersivos auditivos para personas ciegas, posibilidad de interactividad en muchos niveles, franjas de circulación libres de obstáculos aptas para personas en silla de ruedas e instrucciones sencillas para todos los públicos.