El colegio se encuentra estratégicamente ubicado en un punto de encuentro entre un parque sereno y un barrio Floresta Sur vibrante y diverso, donde la naturaleza y la vida urbana convergen de manera única. Inspirado en la arquitectura árabe y española, su diseño arquitectónico no solo se integra armoniosamente con el entorno, sino que también crea espacios que invitan a la contemplación y al encuentro.| El corazón del colegio es un «Patio Urbano» central, desde el cual amplios corredores y escaleras se abren hacia jardines interiores y terrazas ajardinadas con vistas panorámicas a los cerros. Esta disposición no solo maximiza la entrada de luz natural y la ventilación, sino que también crea un entorno propicio para un aprendizaje saludable y atractivo. | En el lado occidental del edificio, el programa académico está protegido por cortasoles que regulan la luz de manera óptima, garantizando confort lumínico en el interior. En la planta baja, una cafetería accesible para la comunidad y un auditorio destacan como espacios de encuentro y actividad cultural. La zona administrativa, la biblioteca y los talleres de arte se encuentran en una torre programática en la esquina, diseñada para ofrecer accesos independientes y funcionales. | La arquitectura del colegio no solo destaca por su solidez y funcionalidad, sino también por su sensibilidad hacia el contexto y su compromiso con la sostenibilidad. La utilización de técnicas locales de mampostería y la integración de jardines en distintos espacios reflejan este enfoque, mientras que los paneles solares visibles para los estudiantes promueven la conciencia ecológica desde una edad temprana. | En su conjunto, el colegio no solo mejora la experiencia educativa, sino que también fortalece los lazos con la comunidad y fomenta un futuro más sostenible y consciente en Bogotá.
Aporte de diseño
El Colegio Feliza Bursztyn emerge como un punto de convergencia entre educación y comunidad, estratégicamente ubicado entre dos parques barriales. Más que un centro educativo, este proyecto se posiciona como un verdadero espacio de encuentro y cohesión para los residentes locales. | Inspirado en la arquitectura de edificios públicos del siglo XV, su diseño refleja una dualidad entre apertura y privacidad. Elevándose sobre una columnata imponente, crea un umbral tanto visual como físico que invita a la comunidad a adentrarse. Los corredores hacia los parques facilitan la circulación y se convierten en espacios de encuentro, promoviendo la interacción entre estudiantes, profesores y residentes. | Internamente, el colegio está diseñado con una jerarquía de usos claramente definida. Las áreas comunitarias están en los niveles inferiores, accesibles desde plazoletas orientadas hacia el este y oeste, que ofrecen espacios de descanso y socialización, integrando el colegio con el entorno urbano. En los niveles superiores se encuentran aulas, laboratorios y áreas administrativas, garantizando un ambiente adecuado para el aprendizaje. | La sostenibilidad es fundamental en su diseño, con aberturas estratégicas para luz natural y cortasoles que controlan el calor. Incluye un sistema de recolección de aguas lluvias y paneles solares en la cubierta, ejemplificando prácticas sostenibles. | La materialidad destaca por el uso de ladrillo prensado terracota, combinando durabilidad con una estética distintiva. Este material se ha empleado creativamente para enriquecer la experiencia visual y sensorial del entorno educativo. | Flexible y adaptable, el diseño permite ajustes según las necesidades educativas modernas, promoviendo la creatividad y la expresión en áreas como arte y música. Además, como centro cultural y social, el colegio organiza eventos abiertos a la comunidad, fortaleciendo la colaboración y el sentido de pertenencia.
