Nominados / CasaSolea
Diseño:
Parco, Medellín
Director : Martín Jiménez Mejia. Director Creativo: Alejandro Muñoz.Cliente:
Playa macho sas, Medellín
Desarrollador: CasaSolea Playa y Pola.En la punta norte de Colombia, en el municipio de Manaure, hay un lugar donde el desierto y la playa se unen, Mayapo. Aun siendo resguardo indígena, Mayapo obtiene gran parte de su sustento económico de los deportes náuticos. Durante su temporada de viento, de diciembre a agosto, se reúnen en sus playas miles de personas a practicar lo que hoy es uno de los deportes acuáticos más populares, el kitesurf. En medio de un clima árido y agreste, entre tierras casi inexploradas, surge CasaSolea. Nacida de la necesidad de crear una propuesta arquitectónica hotelera que con recursos, materiales y mano de obra local e indígena trata de lograr un equilibrio entre la belleza de lo ecléctico, evocando formas y estilos tanto de la arquitectura rural asiática como de la arquitectura vernácula de las costas latinoamericanas. Este proyecto permite replantear, gracias al proceso artesanal de construcción con maderas provenientes de la zona más baja y tropical de La Guajira, la planificación minuciosa de un proyecto técnico. De igual modo, se propone a demostrar lo que realmente es posible realizar en un territorio que pareciera estancado en el tiempo. Así, en un predio de 15 metros de frente por 70 metros de fondo, ubicado frente al mar de La Guajira, se proyecta la construcción de una serie de 12 cabañas agrupadas en 4 bloques de dos niveles, una cabaña adicional que alberga 10 chinchorros (hamacas ligeras hechas de cordeles o fibra) y una serie de quioscos destinados a dar comodidad y belleza en el bar, restaurante y comedores.
CasaSolea evoca tranquilidad. Sin interferir de manera muy abrupta con su entorno, las edificaciones de techos de paja, buscan camuflarse suavemente con la arena de la playa y mezclarse con la del desierto. Gracias a los materiales utilizados, los cuales no son producto ni del azar ni de una decisión exclusiva de diseño, sino más bien, una determinante impuesta por la comunidad indígena Wayuu, para ingresar en su territorio en comodato para explotación económica, sus creencias exigen no hacer uso de concreto ni adobe y construir solo en madera, de manera elevada sobre palafitos para no tocar el suelo, según ellos, sagrado. Utilizando madera local, los indígenas que se dedican a la construcción desempeñan el papel de artesanos que han aprendido durante años técnicas de construcción en madera y carpintería, permitiéndoles materializar obras en madera, paja y yotojoro (el corazón del cactus), que crece abundantemente en el desierto y que han aprendido a utilizar como elemento para la construcción, inicialmente en sus hogares, las rancherías. Posteriormente, este conocimiento les ha permitido recibir a los «Ari juna» (una persona citadina, civilizada o blanca, no perteneciente a la raza Wayuu) y trabajar juntos en el desarrollo de sus tierras. Socialmente, CasaSolea, en su ejecución y operación, permite emplear no solo mano de obra local, sino también a madres cabeza de familia, quienes constituyen casi el 85% de los colaboradores dentro del hotel. A través de su trabajo, adquieren nuevas aptitudes y amplían sus conocimientos, lo que les permite seguir perfeccionando la atención a los huéspedes y viajeros, los cuales, a lo largo de los años, han cambiado y mejorado la vida de la comunidad. La madera teca y tabla solera, divisiones en yotojoro y techos en palma, se dejan a la vista y son sellados únicamente con impranol, representan un hito para el proyecto de conexión entre dos mundos: los Wayuu y los «Ari juna», unidos en un mismo proyecto, CasaSolea.
2024-01-08
Los textos de los proyectos corresponden a los presentados por sus autores. No han sido editados por la organización del premio.
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