Diseñadora / Directora creativa / Dirección de video: Vanessa Alexandra Castro Patiño.
Asesora del proyecto de grado: Diana Gómez García.
Fotógrafo: Andrés Vega.
Modelo: Malena Pérez Watts.
Modelo: Ana Lucía Torres.
Modelo: Barry Webster.
Maquillaje y Peinado: María Fernanda Molano.
Dirección de video: Paula Cano.
Manejo de cámara: Jhon Molano.
Modelo: Manuela Salazar.
Música: Amore Latino Fimiani & BPlan.
Contexto/concepto de diseño
El proyecto “Bogotá, te mando un beso” surge desde el reconocimiento del modo propio de habitar la ciudad y las influencias que esta tiene en el vestir, teniendo en cuenta que la experiencia bogotana no se desliga de la experiencia de clases y que Bogotá permite ser y formar identidad, y para entender esto, se toma el concepto de Habitus de Pierre Bourdieu, que consiste en un sistema de elementos, hábitos y acciones que permiten ser y se configuran con las experiencias creadas en el campo (en este caso, Bogotá). Se presenta un escenario donde dos culturas predominantes se entrelazan: la alta cultura, propia de las élites, y la cultura popular. Ambas se nutren mutuamente, pero también generan una constante tensión. La primera, con sus códigos establecidos, dictamina lo que se considera «adecuado», mientras que la segunda se contrapone a estas normas. El proyecto aprovecha esta dinámica para establecer un diálogo profundo entre el vestuario y la identidad propia. De esta manera, se convierte en una carta de amor a la ciudad y una oda a la cultura popular. La narrativa del proyecto se expresa por medio de tres atuendos que responden como una traducción de tres conceptos principales: “Bogotá, te mando un beso”, “la calle se vive y se siente”, y, “más vale ser diferente entre mil iguales”. En resumen, este trabajo surge como un acto de resistencia a las normas culturales de la élite que determinan el “deber ser” sin abrir un espacio al cuestionamiento y la exploración propia. Este acto cobra sentido desde las narrativas expresadas mediante la proposición de conceptos y el diseño y creación de vestuarios, tomando como referente la cultura popular que surge como una contraposición a la cultura de la élite, pero que se reapropia de lo que es suyo en cada espacio posible y propone desde esta reapropiación.
Aporte de diseño
Es pertinente afrontar el proyecto en el ámbito de la moda para comprender la identidad que se desarrolla a partir de la experiencia propia, ya que implica explorar el vestuario en el contexto de la cultura de las élites y de la cultura popular bogotana e identificar formas de vestir propias. Además, existen diálogos entre la experiencia individual de habitar la ciudad y el sistema de la moda, influenciados por mi entorno familiar, lo que establece una conexión valiosa entre mi identidad y los textiles. En este sentido, se propone emplear medios como la confección, el teñido textil, la sublimación y la cianotipia ya que permiten utilizar los textiles de manera creativa, explorar con ellos e integrarse a la narrativa del proyecto al entender Bogotá como una ciudad caótica, creativa, llena de mensajes y amada por mí. Este proyecto configura un aporte social porque se estudian de cerca las dinámicas de la cultura popular bogotana. En este sentido, es importante mencionar que la experiencia en la ciudad no se desliga de la experiencia de clases ni del espacio geográfico que se habita; el dialecto, la forma de vestir, la gastronomía y los lugares que se visitan varían dependiendo de ello. Se explora cómo la identidad personal se manifiesta a través de las prendas, teniendo en cuenta cómo el contexto socioeconómico y cultural influye en las decisiones personales a la hora de vestir. Al reflexionar sobre las experiencias, se espera proporcionar una perspectiva íntima y auténtica sobre la intersección entre la moda, la identidad y Bogotá. Reconocer cómo las experiencias de clase impactan en las relaciones sociales y espaciales, demuestra que existe una compleja relación entre la identidad, el entorno urbano y la moda. En este proceso personal de autoconocimiento y expresión, se comprende cómo estas influencias se unen para construir y generar elecciones diarias de vestuario, resistiendo y desobedeciendo a exigencias y expectativas de cada contexto social y espacial.
